Nº 30. 2015-03-27
MAELLA: UNA CUARESMA SINGULAR DE HACE MÁS DE CUATROCIENTOS AÑOS
Termina la Cuaresma en este Viernes de Dolores, que quizás nos parecen menos agudos que antaño de tantos sinsabores como nos va dejando la vida misma. Viernes que en otros tiempos preparaba las 'almas' para la Semana Santa y que la masa agnóstica de fervientes católicos tamboreros aprovecha ahora para tensar los parches y planchar los hábitos. Son modas que traen los tiempos, aunque la del 'purrum-pum-pum' parece que no lleva camino de desinflarse. Es más; no hay concentración política, protesta ciudadana o promoción turística que no cuente con el cansino y poco imaginativo estruendo tamborero. Pero esa es otra cuestión. En tiempos lejanos (y en otros no tanto) la Cuaresma se vivía con ferviente intensidad. Abundaban las predicaciones disuasorias y amenazantes. Las buenas gentes, con el corazón en un puño, acababan por confesar lo inconfesable. En determinadas ocasiones se contrataba para la ocasión a algún orador famoso y persuasivo. La historia ocurrió en Maella y a estas alturas resulta hasta divertida. Seguro que no lo fue tanto para los maellanos que vivieron a caballo de los siglos dieciséis y diecisiete.
Escritos de extensión moderada, al hilo del capricho de sus autores y de las preferencias de los lectores. Con la variopinta pretensión de aportar datos, subrayar acontecimientos, conmemorar efemérides, denunciar vacíos… o simplemente pasar el rato. Como siempre, estas entregas digitales de difusión gratuita centran su atención especialmente en el Bajo Aragón, con preferencia caspense.
Nº 29. 2015-03-02
HISTORIAS DE "EL CHIPI"
Pocas cosas más placenteras, exceptuando la evasión del cine (pese al NODO), que el vermut de las mañanas de los domingos durante los lejanos y opresivos años cuarenta. Algunos establecimientos, cuyos dueños miraban más allá de las estrechas rutinas locales, lograron en poco tiempo fama y renombre. Fueron emprendedores apostando por nuevas fórmulas de atracción de clientela, que a ningún "snob" se le ocurría todavía llamar "marketing". El único y auténtico "Chipi" permaneció en Caspe apenas siete años, pero dejó fama y memoria entre las cuatro paredes de uno de los bares más populares de la población.
HISTORIAS DE "EL CHIPI"
Pocas cosas más placenteras, exceptuando la evasión del cine (pese al NODO), que el vermut de las mañanas de los domingos durante los lejanos y opresivos años cuarenta. Algunos establecimientos, cuyos dueños miraban más allá de las estrechas rutinas locales, lograron en poco tiempo fama y renombre. Fueron emprendedores apostando por nuevas fórmulas de atracción de clientela, que a ningún "snob" se le ocurría todavía llamar "marketing". El único y auténtico "Chipi" permaneció en Caspe apenas siete años, pero dejó fama y memoria entre las cuatro paredes de uno de los bares más populares de la población.
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