SEMANA SANTA
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Acudir en rogativa al santuario de la Magdalena tenía lo
suyo. Más, si uno iba cubierto con hábito de penitente y cucurucho medieval,
heredado de los reos de la Inquisición.
- "Esto lo arreglo yo en un momento”, pensó una
caspolina de antaño. Tiró del grueso del capirote y comenzó a plisar la tela
que lo cubría. Pudo ocurrir en Caspe o quién sabe dónde. Había nacido el tercerol.
Recuperamos un pequeño trabajo de “Cuatro Esquinas” sobre tan trascendental
asunto.